La juventud tiene precio: 10 mil libras (15 mil dólares) invirtió una británica de 50 años para rejuvenecerse y convirtió a su hija en su madre o su hermana mayor. En las calles, las confunden.
Janet Cunliffe quería recuperar su juventud perdida y se encontraba desesperada por ser como su hija. Es por eso que invirtió todos sus ahorros en su nuevo proyecto corporal: pechos, labios, ojos, nariz y extensiones de pelo, entre otros.
A su hija Jane, de 28 años, no le importa ser afectada y verse 'envejecida' en relación a su madre y hasta parece ser quien la impulsó en este camino de rejuvenecimiento. "Mamá está mejor que Madonna con la misma edad", destacó.
Su primera operación de pecho fue tras su divorcio, pero cuando se fue de viaje con su nuevo novio a España, descubrió un abanico de posibilidades estéticas y, a partir de ese momento, se metió en una carrera sin fin de cirugías estéticas.
Fuente: PortalxD